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Cresta

Cresta

Insisto

Quiero insistir en un escrito que ya expuse en este blog, es decir quiero insistir en la lucha por desterrar una fórmula periodística muy en boga, especialmente en algunos temas, la del "los expertos opinan". La tal fórmula me parece en algunos casos infundada y en otros peligrosa, siempre falta del rigor informativo más elemental.

 

Expertos

Es curioso leer en un artículo o reportaje de prensa escrita (u oírlo en radio o televisión), entre las varias opiniones registradas claramente identificadas sobre el tema del que se trata, una importante, tal vez la más importante, la de los "expertos"; así sin más, "los expertos". Es curioso porque me parece que es más frecuente de lo que debiera ser en un periodismo que se pretenda serio y veraz, dado que ese grupo no se identifica ni se cuantifica. He observado que este grupo misterioso emite, según el periodista firmante, una opinión o un diagnóstico precisos. Dado que el grupo está sin identificar y cuantificar, me pregunto: ¿cómo se ha registrado la cita, ha preguntado a todos y cada uno para comprobar que era la misma, ha hecho un sondeo para registrar la mayoritaria o ha tomado la del portavoz, si existe o puede existir y a pesar de su condición sigue en el anonimato?¿qué misterioso grupo es ese para no poder o querer identificar y cuantificar?

Vengo observando que los temas en los que más se recurre a esta fórmula son la psicología, la pedagogía, la economía, pero me interesa, ante todo, el de la educación escolar, aquí es muy socorrida la fórmula. Quiero identificar a ese experto en educación. Si entendemos que el experto en una disciplina es alguien hábil  y entendido en una materia por la amplia experiencia que tiene en ejercerla, ¿quién puede ser llamado experto en educación? ¿los profesores? Parece que no porque en esos artículos y crónicas se identifica a los profesores, incluso con su nombre, cuando se registra una de sus opiniones, parecen descartados como experimentados por sorprendente que resulte. ¿Son entonces expertos en educación aquellos cargos políticos del ministerio o consejería correspondiente, funcionarios de la administración correspondiente, los estudiosos o teóricos que han publicado algún texto sobre el tema, los catedráticos y profesores de las facultades de ciencias de la educación? ¿éstos citados tienen la amplia experiencia como para ser calificados de expertos? Esto resulta muy misterioso y confuso para quien como yo tiene una ligera experiencia en el trabajo de profesor (sólo poco más de veinte años) y se siente muy lejos de considerarse experto y quisiera alguna vez conocer a alguno de esos expertos misteriosos y ser contagiado de su experimentada sabiduría.

Pero opto por aconsejar a los autores de esos artículos y crónicas que identifiquen y cuantifiquen de una forma lo más precisa posible a los autores de las opiniones que citan. Ganarán en transparencia y credibilidad porque si no, terminaremos pensando que la socorrida fórmula de "los expertos opinan que" es una manera de esconder bajo una vaga apariencia de competencia profesional lo que no es otra cosa que una opinión minoritaria o interesada desde posiciones políticas o estratégicas ocultas. 

Estupor

ESTUPOR

 

Pretendo inaugurar con esta una serie titulada Perlas con la pretensión de recoger, explorar, investigar y, si es posible, comprender frases, párrafos y expresiones extraídas de críticas, crónicas o textos de teoría del arte.

Primer ejemplo: El Punto de las Artes, nº 877, portada.          

 

            La Fundación Telefónica inauguró la tarde del pasado viernes la primera exposición retrospectiva en España de Zhang Huan (China, 1965), artista que utiliza la "performance" como medio de expresión artística. Para este artista, (...) el cuerpo es la vía a través de la cual se percibe y se es percibido: "el cuerpo es, dice, la prueba de la identidad. El cuerpo es lenguaje". Así, valiéndose de sensaciones externas sobre su propio cuerpo, pretende explorar el interior del sujeto y su fragilidad; y desentrañar las relaciones entre cuerpo y espíritu.

 

Abruma. Últimamente me siento muy abrumado cuando leo estas cosas, sobre todo en lo que se refiere a la descripción de pretensiones de artistas conceptuales o "procesuales". Intentaré explicar mis impresiones aunque sé que no lo voy a conseguir.

Que "el cuerpo es la vía a través de la cual se percibe y se es percibido" parece que es bastante obvio para la mayoría de la gente, pero siempre es bueno enterarse de ello aunque sea tarde. No sé si tardó en enterarse de ello el artista o el cronista.

En lo que sigue tampoco parece haber información novedosa, en fin, que "el cuerpo es la prueba de la identidad", que "el cuerpo es lenguaje", creo que el cuerpo no objetará nada a esto puesto que no le queda más remedio que ser eso, magnífica ocupación por lo demás.

El final es apoteósico: el artista con sus acciones artísticas va a "desentrañar las relaciones entre cuerpo y espíritu", ahí es nada, antes muerta que sencilla. Pues que le vaya bien.

 

Dicho así, parece que este hombre ha vivido poco, o ha leído poco, y, sin embargo, pretende la mayor. Parece que por fin se ha enterado de que "el cuerpo es la vía a través de la cual se percibe y se es percibido", lo que todo el mundo sabe por mínima que sea su formación cultural, no obstante nos quiere hacer partícipes del descubrimiento, más vale tarde que nunca. Siguen otras maravillosas revelaciones ("el cuerpo es la prueba de la identidad. El cuerpo es lenguaje") que finalmente le ayudarán mediante sensaciones externas sobre su propio cuerpo a "desentrañar las relaciones entre cuerpo y espíritu", ahí es nada.

Vacaciones

Vacaciones

Vacaciones y libertad para el paseo o la caminata, como se quiera.

Caminar, pensar.  El ritmo de los pasos agiliza el pensamiento. Es tan sólo una sensación muy subjetiva, pero cada vez la siento con una intensidad  mayor.

Silencio

Silencio

Procesos creativos

Procesos creativos

Artista como "cagoner".

Trayectorias singulares, seguimiento.

Homenaje

Homenaje

Procesos creativos

Concepto: no importa tanto el resultado como el proceso.

1961 Piero Manzoni y su obra serial "Mierda de artista".

Evocar el proceso creativo: PM y su ayudante.

Mierda de artista, artista de mierda.

Esto último no vale, no a todo se le puede dar la vuelta, o sí.

El verano anda cerca

El verano anda cerca

La religión del arte

La religión del arte

Recuerdo que en el centro de arte George Pompidou de París se exponían algunos de los "ready- mades" de Duchamp: la rueda de bicicleta en el taburete y algún otro que no recuerdo bien. Tuve una impresión extraña al ver a los visitantes observándolos detenidamente, de forma que demoraban la mirada en el penetrante recorrido visual por la pieza artística desde los diferentes puntos de vista que adoptaban alrededor, como si se tratase de una escultura clásica, la Victoria de Samotracia o una obra de Rodin, por ejemplo.

¿Qué se admira?¿La perfecta manufactura de la fábrica de bicicletas o de mingitorios?¿Adivinar la intención del artista inscrita de forma ingeniosa en algún rincón o revelándose desde algún punto de vista insospechado? Hay veneración de fe en esas miradas, ¿hay también placer? No sé. Se me antoja ridículo el esfuerzo.

Podemos concluir que el "significado" está abierto a diferente interpretación pero de lo que no cabe duda es que al presentar su obra así Duchamp renunciaba a la "clásica manufactura de artista", es decir, estas obras no requieren, no buscan una contemplación clásica de museo, basta tener noticia de ellas y una imagen de las mismas, que puede ser fotográfica perfectamente. Lo que quiero decir es que es incompatible el museo y estas obras, es sencillamente contradictoria la idea de una colección de museo y este tipo de obras. Incluso no existe un original, pueden existir tantos originales como queramos, nos podemos hacer uno en nuestra casa, no requieren demasiada especialización de "bricoleur".

Pero todas religiones tienen sus beatos, sus fundamentalistas. Imagino, de pronto, lo que parece la oscura entrada de una iglesia en una misa de doce de domingo (es un decir), los feligreses con atuendos parecidos a los de los años del rancio nacionalcatolicismo (años 40, 50, primeros 60, blanco y negro, España), persignándose junto a la pila de agua bendita, ésta es un original más de "la fuente" (el urinario, ya saben) de Duchamp. Se trata en realidad de la entrada de un centro de arte contemporáneo. La palabra "meapilas" encuentra todo su sentido.

 

El espectador

El espectador

Ver para creer. Creer para ver.

libertad

libertad

A menudo se habla de la libertad como valor supremo, ya saben, los políticos en sus declaraciones lo hacen con frecuencia y los intelectuales y artistas de todo género, por ejemplo, alaban de otros o de ellos mismos su libertad absoluta, radical.

La gente corriente habla menos de ello. Yo tampoco creo en la libertad, en esa que se escribe con mayúsculas a veces. No creo que exista, me parece una entelequia o un espejismo.

Sí me interesan mucho y son plenamente reales las libertades: de opinión, de expresión, de movimiento, etc. Las libertades tienen una realidad delimitada y graduable de una manera precisa o difusa según los casos, se pueden perder o ganar, hay que disfrutarlas, trabajarlas, vigilarlas.

La letra pequeña

La letra pequeña

La letra pequeña siempre da sorpresas.

En la imagen, la clásica figura de de la muerte, con generosas aclaraciones, explica la letra pequeña del contrato al incrédulo interesado acompañado de su familia.

La visita

La visita

Hay visitas previsibles, esperadas, inesperadas, pesadas, intempestivas.

Para un pintor, enseñar sus obras en el taller suele ser una experiencia interesante. Busca del visitante la valoración explícita o la implícita en su mirada, gestos, palabras o silencios (éstos pueden ser muy elocuentes). Al pintor le pueden importar esas valoraciones, le afectan, o no. Es posible que él se convenza de que no le afectan en absoluto esas valoraciones, aunque creo que siempre afectan.

 

La risa

La risa

Cuando se tiene ganas, uno se puede reír de todo. La risa es demoledora porque tira por tierra cualquier declaración solemne por por muy fundada que esté o justa sea.

Hoy está de moda decir que la risa es una buena terapia para nuestra mente e incluso saludable para el cuerpo. Quizá sea más que una moda puesto que parece tener cierto fundamento científico. Claro que de esto también nos podemos reír porque dicho así, tan seriamente, no deja de tener gracia. Seguramente para quién se sabe objeto de risa, ésta no sea tan saludable.

Tras una sesión de risa es difícil llevar a cabo cualquier cosa para lo que se necesite cierta seriedad, es decir, será difícil filosofar, teorizar o crear arte, tal vez, o no. Lo que sí he comprobado es que la risa es muy contagiosa y después de una sesión de risa colectiva, el cuerpo agotado de tanto desahogo, viene como un vacío extraño en el que no queda más remedio que esperar a que los acontecimientos vengan a entretenernos y nos reincorporen al devenir normal de las cosas, una ocupación que se irá haciendo seria y nos traerá nuevos motivos para una futura risa.

Contradicciones

Contradicciones

Hace mucho tiempo que me hubiera gustado conseguir en muchos de mis dibujos algo contradictorio: que de la maraña de trazos nerviosos y rápidos que son su trama surgiera una evocación de la serenidad clásica, aquella belleza clásica que parecía expresar la quietud y el equilibrio que nos sitúa en paz con el mundo. Ya me gustaría...

Ante el ordenador

Ante el ordenador

¿Narciso?

Mirar

Mirar

La espera

La espera

Hay muchas circunstancias que a diario nos obligan a la espera: la cola de la taquilla, de la caja de pago, de la ventanilla del banco, el autobús, el atasco y tantos otros. En esos momentos, es fácil sospechar que en la película sobre nuestra propia vida nos ha tocado un papel secundario.

La imagen es un fragmento de una gran acuarela (100 x 70 cm) titulada "La espera urbana". Hay también un leve retoque digital con un filtro. Paradójicamente, he querido mostrar a ese personaje a la espera en medio de la vorágine urbana, en ese mismo momento en que sospecha íntimamente su condición de personaje secundario, desde un punto de vista épico.

 

Tú, lo que tienes que hacer

    Como la del título, hay muchas frases hechas para ilustrar la actitud de los que empujan o empujamos con una seguridad implacable a otros a tomar una decisión. Es esa seguridad la que los empuja a tomar la decisión en el sentido que marcamos porque tal seguridad se interpreta como consustancial a una sabia experiencia, lo que muchas veces no es verdad. En ese momento de gloria ejemplar ante la indecisión del interlocutor pensamos poco en la transcendencia futura de lo que inducimos a hacer o pensar. La sensación de impresionar al otro con una exhibición de  fuerza resolutiva embriaga al que habla. Tal vez sea pura vanidad. Tal vez se esconda la ansiedad de ganar un adepto para la causa que tomamos o la acción que emprendimos antes, en iguales circunstancias pero con el papel cambiado.